Después de tanto dulce, apetece un poco algo salado. El otro día tenía ganas de hacer alguna cosa de carne, y pensé en hacer un solomillo, pero mi blog está plagado de recetas de solomillo, porque me encanta. Entonces decidí hacerlo diferente. ¡Lo iba a rellenar!. En mi vida he rellenado un solomillo... pero Internet está plagado de vídeos que te explican cómo hacerlo.... jajaja. ¿Y de qué lo relleno? Pues no sé... Me acordé que tenía un par de botes enormes de pimientos del piquillo que estaban muertos de risa. También tenía unos cuantos botes de setas... ¡Y queso! ¡¡¡El queso que no falte!!! jajaja. ¡Pues nada! Ya tenemos el solomillo. ¿Y de salsa? (en estas que iba pensando por la calle, y me pillaba de camino el supermercado. Se me pasó por la cabeza hacer una salsa de cava, pero yo de cavas no tengo ni idea. Pillé el móvil y llamé a mi suegra, que ella sí que sabe de eso. Me recomendó un brut, y me fui a comprarlo al súper... jejeje.
No pensé que sería tan fácil rellenar un solomillo... De hecho, cuando compré el solomillo pensé que sería poco y pedí dos... o sea, ¡¡¡que tuve que atar dos!!!. Esto de tener que atarlo pensaba que sería más complicado, pero nooo!!! jajaja. Se miran unos cuantos vídeos por Youtube y andando... jajaja
¡¡¡Al final salió buenísimo!!! Eso sí, sólo éramos tres en casa y sobró bastante. No importa. Esto se congela súper bien. En fin, no me enrollo más y os paso la receta. ¡Para chuparse los dedos oiga! jajaja.