Estas momias han venido de ultratumba con su amiguete, el Señor de la Muerte, a llevarse a todo aquél que se les ponga por delante. Yo de vosotros, la noche de Halloween me encerraría en casa y no se me ocurriría invocarlas mediante el conjuro mágico, pero allá vosotros con vuestra osadía...
Dicen las leyendas que este conjuro se debe de realizar sin un mínimo fallo. Si os atrevéis a realizar el conjuro a las doce de la noche, lo primero que oiréis será una especie de lamento. Al principio lo oiréis un poco lejos, pero cada vez estará más cerca... y el lamento será más desesperado. Son las momias, junto con el Señor de la Muerte, que vienen a buscaros.
Seguramente tendréis un momento de debilidad y lamentaréis haber realizado el conjuro, pero ya será demasiado tarde. Ahora ya no hay vuelta atrás. Ya podéis estar encerrados dentro de la caja fuerte más inexpugnable del planeta. Muy a vuestro pesar, comprobaréis que la puerta, poco a poco, se irá abriendo... y entrará una especie de niebla densa en la habitación...y un olor a podrido asqueroso.
Poco a poco, entrarán las momias... Si el conjuro se ha realizado correctamente, las momias pararán delante de vosotros y esperarán a oír vuestro deseo. El deseo se cumplirá de forma inmediata y se irán. El Señor de la muerte se quedará detrás de la puerta y no lo veréis. Sólo oiréis su lamento. Si el conjuro se ha realizado mal... pobres de vosotros, insensatos... Detrás de las momias entrará el señor de la muerte... y no pararán. Una vez haya entrado el Señor de la muerte, oiréis un sonido insoportable y notaréis que vuestra piel va cayendo lentamente a trozos...con un dolor insoportable. Moriréis de la forma más terrible que os podáis imaginar.
¿Os atrevéis a realizar el conjuro?