La historia de este redondo de pollo con salsa sorpresa viene de hace unos cuantos años. Desde hacía muchos años, por nochevieja, siempre encargaba unos redondos de pollo buenísimos en un lugar de mi pueblo donde hacían comida para llevar. El último año, me fui hacia esa tienda y me dijeron que ya no hacían nada para las fiestas.
Mi gozo en un pozo...
Entonces, aquél año decidí encargar el redondo de pollo en otro lugar... craso error... Aquí tenéis el resultado de aquella aventura en mi blog de pifias: El pollo mutante
Como podéis ver, aquél pollo fue un desastre total...
Al año siguiente, estaba comentándole mis problemas con el pollo mutante a Paqui, una amiga que siempre me encontraba en el tren. Las dos madrugábamos para ir a trabajar. Le dije que iba a hacer yo los pollos, ya que peor no me iban a salir visto el desastre del año anterior. La idea era intentar hacerlos parecidos a los que encargaba antes con guarnición de patatas pequeñitas, zanahorias baby y cebollitas francesas, pero esos pollos tenían una salsita muy buena, y no creía que supiese cómo hacerlo.
Entonces Paqui me dijo: "¿Y por qué no los haces con una salsa que hago yo y que sale buenísima?"
Y me explicó su historia: