Podéis ir pensando que estas arañas son muy monas, sí... pero, ¿sabéis qué ha pasado en realidad? Estas dos calaveras eran un par de incautos que han pensado lo mismo: "¡Mira qué arañitas tan monas!..." y decidieron darles unas galletas a ver qué hacían... ¡Las arañas, sin pensárselo dos veces, saltaron sobre ellos y se los comieron!... ¡Y como ya tenían la panza llena, se llevaron las galletas para comérselas más tarde como merienda! Esta foto, en plena huida con las galletas da fe de ello... O sea, que si algún día os encontráis con ellas, id con mucho cuidado...
En realidad, estas arañas mortíferas fueron creadas por una bruja malvada en una maldita noche de Halloween, y el otro día cayó en mis manos la receta mágica indispensable para que cobren vida en esa noche. Con esta receta salen unas cincuenta arañas mortíferas...¡Todo un ejército!. Si decidís correr el riesgo de realizar esta receta mágica para la noche de Halloween, asumid todas las consecuencias...
Un consejo para que tengáis la posibilidad de sobrevivir a estas arañas en la noche de Halloween... Las galletas que les dieron los dos incautos les encantaron. Por lo tanto, si cuando hagáis las arañas, las hacéis con las galletas, existe una mínima posibilidad de que se zampen primero las galletas y cuando vayan a por vosotros ya tengan la panza llena y se lo piensen dos veces antes de mataros. Estáis avisados...
Un consejo para que tengáis la posibilidad de sobrevivir a estas arañas en la noche de Halloween... Las galletas que les dieron los dos incautos les encantaron. Por lo tanto, si cuando hagáis las arañas, las hacéis con las galletas, existe una mínima posibilidad de que se zampen primero las galletas y cuando vayan a por vosotros ya tengan la panza llena y se lo piensen dos veces antes de mataros. Estáis avisados...
- 110 gr. de mantequilla sin sal
- 110 gr. de mantequilla de cacahuete
- 110 gr. de azúcar moreno
- 100 gr. de azúcar + 75 gr. de azúcar (para rebozar las galletas)
- 1 huevo
- 330 gr. de harina
- 15 gr. de aroma de vainilla
- 30 gr. de leche
- 15 gr. de bicarbonato
- 6 gr. de sal
- 150 gr. de chocolate negro para fundir
- 100 ojos de caramelo (Wilton Candy Eyes)
- 100 bolitas de chocolate (yo usé Maltessers. Con un maxi pack hay suficiente)
Para los ojos de caramelo usé Wilton Candy Eyes. Si no tenéis, los podéis pedir por Internet o preguntar en cualquier tienda de repostería creativa, También os sirven lacasitos o similar, de tamaño pequeño. Si este es el caso, podéis hacerles los puntos negros con chocolate derretido o con un rotulador negro comestible. Eso sí, será un poco más complicado encontrar tantos lacasitos blancos. Seguro que también os quedan bien con ojos de colores.
En cuanto a las bolitas de chocolate, si no encontráis Maltessers, os sirve cualquier tipo de bolitas de chocolate de 1 centímetro y medio de diámetro.
No os preocupéis si cambiáis estos dos ingredientes... La receta mágica no se verá alterada y las arañas seguirán siendo tan mortíferas como siempre... jajaja.
No os preocupéis si cambiáis estos dos ingredientes... La receta mágica no se verá alterada y las arañas seguirán siendo tan mortíferas como siempre... jajaja.
Preparación
Primero de todo, y para nuestra propia seguridad, comenzaremos con la masa de las galletas. Ponemos la mantequilla en un bol lo suficientemente grande para que quepa toda la masa. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente, por lo tanto, estará como se suele decir "en pomada". Esto quiere decir que estará blandita, como si fuese una pomada.
A continuación, añadimos la mantequilla de cacahuete.
Ponemos el huevo.
Seguidamente, añadimos el azúcar blanco.
Continuamos añadiendo el azúcar moreno.
Ponemos la esencia de vainilla.
Por último, añadimos la leche.
Lo mezclamos todo durante unos minutos con unas varillas. Yo usé la KitchenAid, pero podéis hacerlo con cualquier robot o batidora que tenga varillas (incluso a mano, si tenéis unas varillas por ahí). Debe de quedar todo integrado.
A continuación ponemos la harina en otro bol y le añadimos el bicarbonato.
Añadimos también la sal.
Mezclamos la harina, el bicarbonato y la sal con una cuchara.
A continuación procederemos a mezclar poco a poco (cucharada a cucharada) la mezcla sólida (la que contiene la harina) con la mezcla líquida. Añadiremos una cucharada de harina y vamos mezclando con una espátula (o con la pala de la KitchenAid). Una vez esté integrada la harina, ponemos la siguiente cucharada, y así hasta haber puesto toda la harina. Yo he usado el accesorio de pala de la KitchenAid y no me ha hecho falta, pero para los que uséis una espátula para ir mezclando la harina, si veis que la masa está demasiado densa, podéis seguir mezclando usando las manos.
Tiene que quedar una masa un poco aceitosa que no se pegue en las manos al presionarla. Si veis que se os continúa pegando y habéis puesto toda la harina, añadid un poquito más y removed hasta integrarla.
A continuación encendemos el horno y lo ponemos a 190º con calor arriba y abajo. Mientras se va calentando el horno, dejamos reposar la masa unos 30 minutos. No la pongáis en la nevera. Sólo dejadla reposar un poco tapada. No os subirá, pero es más manejable una vez ha reposado.
A continuación ponemos la mitad de las bolitas de chocolate en una bandeja forrada con papel. Tienen que estar separadas unas de otras. Estas bolitas serán las cabezas de las arañas. Tratadlas bien...
Ponemos las cabezas de las arañas en el congelador, con cuidado de que no se toquen unas con otras, porque si se tocan, pueden quedarse pegadas al congelarse. Las tendremos ahí durante un mínimo de media hora. No se os ocurra sacarlas.
Seguimos con las galletas. Cogeremos un poquito de masa y haremos una bola de unos 2,5 cms. de diámetro.
Ponemos en una taza la mitad del azúcar para rebozar y metemos dentro la bola de masa.
Vamos moviendo la taza haciendo movimientos circulares (No seáis brutos... ¡¡¡De arriba a abajo NO!!!, horizontalmente... jajaja). De esta forma, la bolita de masa se va rebozando ella sola y no gastamos tanto azúcar.
A medida que vayáis rebozando bolitas de masa, se irá gastando el azúcar. Cuando veáis que casi no os queda, poned la otra mitad del azúcar que tenéis reservado para rebozarlas.
A continuación, chafaremos un poquito la bolita por el centro, con los dos pulgares, para que quede aplanada. La siguiente foto la hice con unas galletas de prueba que eran más grandes que las nuestras. La pongo para que veáis más o menos cómo chafarlas.
Repetimos el proceso con el resto de la masa. Vamos poniendo las galletas en una bandeja apta para horno forrada con papel para hornear. Ponedlas separadas porque luego se hinchan.
Introducimos la bandeja con las galletas en el horno, que previamente habíamos calentado a 190º con calor arriba y abajo. Las horneamos durante 12 minutos. Una vez hayan pasado los 12 minutos las sacamos del horno.
Esto es muy importante: Sin perder tiempo, y con cuidado de no quemaros, una vez sacadas del horno, con una cucharilla haremos presión en el centro de la galleta, haciendo como una ralla, pero sin aplanar los bordes. De esta forma, dejaremos hueco para poner las arañas. Si perdéis el tiempo, las galletas se pondrán más duras y no podréis formar el hueco.
Aquí podéis ver con más detalle cómo ha de quedar el hueco.
Con la masa que tenéis os saldrán unas 50 galletas. Quizá más. Por lo tanto, tendréis que hornearlas en varias tandas. Una vez hayáis sacado unas galletas del horno, os tenéis que esperar a que el horno vuelva a estar a 190º, ya que al abrir el horno para sacar las galletas, la temperatura baja. Cuando haya alcanzado la temperatura, poned la siguiente tanda de galletas. Dejamos que todas las galletas se enfríen.
Por cierto, estas galletas están buenísimas solas. Las podéis hacer para cualquier otra ocasión si os apetecen. Están tan buenas, que igual las arañas se las comen y os dejan en paz... jajaja.
A continuación, seguimos con las arañas... Partimos el chocolate para fundir en trozos y lo ponemos en un recipiente apto para microondas.
Introducimos el recipiente en el microondas y programamos 1 minuto en la opción "descongelar". Una vez haya pasado el minuto, sacamos el recipiente, removemos y si no se ha fundido del todo, programamos 30 segundos más en la misma opción de descongelar. Cuando haya pasado el tiempo, volvemos a sacar el recipiente, removemos y comprobamos si se ha fundido. Si no se ha fundido ir repitiendo el proceso 30 segundos cada vez, hasta que se haya fundido completamente. De esta forma, no se os quemará el chocolate.
A continuación, una vez fundido, ponemos el chocolate en una manga pastelera desechable. Si no tenéis, podéis usar una bolsa de estas que se usan para congelar los alimentos. Esperamos unos 5 minutos para que se temple un poco el chocolate y que no esté tan líquido.
Una vez hayan pasado los 5 minutos, cortamos la punta de la bolsa o de la manga pastelera lo mínimo que podamos. El agujero ha de ser lo más pequeño posible. Cogemos los dos primeros ojos. En la foto, la parte negra de los ojos está detrás, o sea, que si lo hacéis con lacasitos o similar, la niña de los ojos ya debe de estar pintada y seca.
Ponemos una gotita de chocolate en la parte trasera del primer ojo.
Hacemos lo mismo con el segundo ojo.
A continuación, y esto es muy importante, sacamos UNA única bolita de chocolate del congelador y rápidamente pegamos los ojos uno por uno a la bolita por la parte donde le hemos puesto la gota de chocolate. Tenemos que tener mucho cuidado de no mancharnos los dedos, porque igual acabamos manchando el ojo. ¿Y por qué sacamos sólo una bolita y no todas? Pues porque de este modo, el resto de bolitas siguen congeladas y no se calientan. Con la bolita congelada, la gotita de chocolate que hemos puesto se pega instantáneamente, ya que el chocolate se solidifica al tocar la bola congelada. Si no estuviese congelada, el ojo no se pegaría instantáneamente y sería una guarrería, porque no pararía de caerse.
Dejamos con mucho cuidado la cabeza de la araña en un plato. Repetimos el proceso con todas las bolitas de chocolate que harán de cabeza. Sí, es un poco pesado ir sacando una a una cada bolita del congelador, pero es lo más fácil para que se peguen los ojos.
A continuación vamos con las patas de las arañas. Cortaremos un poquito más la manga pastelera (sólo un poquito. No os paséis), para que salga un poco más de chocolate. Cogemos una de las galletas, y con cuidado, hacemos las patas de la araña con la manga pastelera.
A continuación, y con cuidado de no meter los dedos y cargarnos las patas de la pobre araña, ponemos un poco más de chocolate en el centro de la galleta.
Ponemos la cabeza con mucho cuidado.
Por último, cogemos una bolita de chocolate que no tenga ojos y la añadimos detrás de la cabeza, para que haga de cuerpo.
Repetimos la operación para el resto de las arañas. Una vez terminadas, dejadlas que se sequen durante un tiempo prudencial y rezad para que las arañas, cuando cobren vida la noche de Halloween, se coman primero las galletas y no a vosotros... Que Dios se apiade de vuestras almas...
¡Espero que os haya gustado la receta!. Si es así, no os perdáis mis actualizaciones. Podéis seguirme haciendo click en "Me gusta" de Facebook, añadiéndome en vuestros círculos en Google +, en Twitter, o en Instagram.
A continuación, añadimos la mantequilla de cacahuete.
Ponemos el huevo.
Seguidamente, añadimos el azúcar blanco.
Continuamos añadiendo el azúcar moreno.
Ponemos la esencia de vainilla.
Por último, añadimos la leche.
Lo mezclamos todo durante unos minutos con unas varillas. Yo usé la KitchenAid, pero podéis hacerlo con cualquier robot o batidora que tenga varillas (incluso a mano, si tenéis unas varillas por ahí). Debe de quedar todo integrado.
A continuación ponemos la harina en otro bol y le añadimos el bicarbonato.
Añadimos también la sal.
Mezclamos la harina, el bicarbonato y la sal con una cuchara.
A continuación procederemos a mezclar poco a poco (cucharada a cucharada) la mezcla sólida (la que contiene la harina) con la mezcla líquida. Añadiremos una cucharada de harina y vamos mezclando con una espátula (o con la pala de la KitchenAid). Una vez esté integrada la harina, ponemos la siguiente cucharada, y así hasta haber puesto toda la harina. Yo he usado el accesorio de pala de la KitchenAid y no me ha hecho falta, pero para los que uséis una espátula para ir mezclando la harina, si veis que la masa está demasiado densa, podéis seguir mezclando usando las manos.
Tiene que quedar una masa un poco aceitosa que no se pegue en las manos al presionarla. Si veis que se os continúa pegando y habéis puesto toda la harina, añadid un poquito más y removed hasta integrarla.
A continuación encendemos el horno y lo ponemos a 190º con calor arriba y abajo. Mientras se va calentando el horno, dejamos reposar la masa unos 30 minutos. No la pongáis en la nevera. Sólo dejadla reposar un poco tapada. No os subirá, pero es más manejable una vez ha reposado.
A continuación ponemos la mitad de las bolitas de chocolate en una bandeja forrada con papel. Tienen que estar separadas unas de otras. Estas bolitas serán las cabezas de las arañas. Tratadlas bien...
Ponemos las cabezas de las arañas en el congelador, con cuidado de que no se toquen unas con otras, porque si se tocan, pueden quedarse pegadas al congelarse. Las tendremos ahí durante un mínimo de media hora. No se os ocurra sacarlas.
Seguimos con las galletas. Cogeremos un poquito de masa y haremos una bola de unos 2,5 cms. de diámetro.
Ponemos en una taza la mitad del azúcar para rebozar y metemos dentro la bola de masa.
Vamos moviendo la taza haciendo movimientos circulares (No seáis brutos... ¡¡¡De arriba a abajo NO!!!, horizontalmente... jajaja). De esta forma, la bolita de masa se va rebozando ella sola y no gastamos tanto azúcar.
A medida que vayáis rebozando bolitas de masa, se irá gastando el azúcar. Cuando veáis que casi no os queda, poned la otra mitad del azúcar que tenéis reservado para rebozarlas.
A continuación, chafaremos un poquito la bolita por el centro, con los dos pulgares, para que quede aplanada. La siguiente foto la hice con unas galletas de prueba que eran más grandes que las nuestras. La pongo para que veáis más o menos cómo chafarlas.
Repetimos el proceso con el resto de la masa. Vamos poniendo las galletas en una bandeja apta para horno forrada con papel para hornear. Ponedlas separadas porque luego se hinchan.
Introducimos la bandeja con las galletas en el horno, que previamente habíamos calentado a 190º con calor arriba y abajo. Las horneamos durante 12 minutos. Una vez hayan pasado los 12 minutos las sacamos del horno.
Esto es muy importante: Sin perder tiempo, y con cuidado de no quemaros, una vez sacadas del horno, con una cucharilla haremos presión en el centro de la galleta, haciendo como una ralla, pero sin aplanar los bordes. De esta forma, dejaremos hueco para poner las arañas. Si perdéis el tiempo, las galletas se pondrán más duras y no podréis formar el hueco.
Aquí podéis ver con más detalle cómo ha de quedar el hueco.
Con la masa que tenéis os saldrán unas 50 galletas. Quizá más. Por lo tanto, tendréis que hornearlas en varias tandas. Una vez hayáis sacado unas galletas del horno, os tenéis que esperar a que el horno vuelva a estar a 190º, ya que al abrir el horno para sacar las galletas, la temperatura baja. Cuando haya alcanzado la temperatura, poned la siguiente tanda de galletas. Dejamos que todas las galletas se enfríen.
Por cierto, estas galletas están buenísimas solas. Las podéis hacer para cualquier otra ocasión si os apetecen. Están tan buenas, que igual las arañas se las comen y os dejan en paz... jajaja.
A continuación, seguimos con las arañas... Partimos el chocolate para fundir en trozos y lo ponemos en un recipiente apto para microondas.
Introducimos el recipiente en el microondas y programamos 1 minuto en la opción "descongelar". Una vez haya pasado el minuto, sacamos el recipiente, removemos y si no se ha fundido del todo, programamos 30 segundos más en la misma opción de descongelar. Cuando haya pasado el tiempo, volvemos a sacar el recipiente, removemos y comprobamos si se ha fundido. Si no se ha fundido ir repitiendo el proceso 30 segundos cada vez, hasta que se haya fundido completamente. De esta forma, no se os quemará el chocolate.
A continuación, una vez fundido, ponemos el chocolate en una manga pastelera desechable. Si no tenéis, podéis usar una bolsa de estas que se usan para congelar los alimentos. Esperamos unos 5 minutos para que se temple un poco el chocolate y que no esté tan líquido.
Una vez hayan pasado los 5 minutos, cortamos la punta de la bolsa o de la manga pastelera lo mínimo que podamos. El agujero ha de ser lo más pequeño posible. Cogemos los dos primeros ojos. En la foto, la parte negra de los ojos está detrás, o sea, que si lo hacéis con lacasitos o similar, la niña de los ojos ya debe de estar pintada y seca.
Ponemos una gotita de chocolate en la parte trasera del primer ojo.
Hacemos lo mismo con el segundo ojo.
A continuación, y esto es muy importante, sacamos UNA única bolita de chocolate del congelador y rápidamente pegamos los ojos uno por uno a la bolita por la parte donde le hemos puesto la gota de chocolate. Tenemos que tener mucho cuidado de no mancharnos los dedos, porque igual acabamos manchando el ojo. ¿Y por qué sacamos sólo una bolita y no todas? Pues porque de este modo, el resto de bolitas siguen congeladas y no se calientan. Con la bolita congelada, la gotita de chocolate que hemos puesto se pega instantáneamente, ya que el chocolate se solidifica al tocar la bola congelada. Si no estuviese congelada, el ojo no se pegaría instantáneamente y sería una guarrería, porque no pararía de caerse.
Dejamos con mucho cuidado la cabeza de la araña en un plato. Repetimos el proceso con todas las bolitas de chocolate que harán de cabeza. Sí, es un poco pesado ir sacando una a una cada bolita del congelador, pero es lo más fácil para que se peguen los ojos.
A continuación vamos con las patas de las arañas. Cortaremos un poquito más la manga pastelera (sólo un poquito. No os paséis), para que salga un poco más de chocolate. Cogemos una de las galletas, y con cuidado, hacemos las patas de la araña con la manga pastelera.
A continuación, y con cuidado de no meter los dedos y cargarnos las patas de la pobre araña, ponemos un poco más de chocolate en el centro de la galleta.
Ponemos la cabeza con mucho cuidado.
Por último, cogemos una bolita de chocolate que no tenga ojos y la añadimos detrás de la cabeza, para que haga de cuerpo.
Repetimos la operación para el resto de las arañas. Una vez terminadas, dejadlas que se sequen durante un tiempo prudencial y rezad para que las arañas, cuando cobren vida la noche de Halloween, se coman primero las galletas y no a vosotros... Que Dios se apiade de vuestras almas...
¡Espero que os haya gustado la receta!. Si es así, no os perdáis mis actualizaciones. Podéis seguirme haciendo click en "Me gusta" de Facebook, añadiéndome en vuestros círculos en Google +, en Twitter, o en Instagram.
Una maravilla.....aunque terroríficas......estas hechas un artista¡¡¡
ResponderEliminarBesitos¡¡
¡Muchas gracias Cocinando con Mandil!
EliminarMe alegro de que te hayan gustado. ¡Estaban buenísimas!
Besos :)