Los que más o menos vais siguiendo este blog, sabréis que me encanta probar combinaciones y sabores nuevos. Hace un par de años que guardo esta receta mal escrita en un papel, en mi carpeta de pendientes, y nunca se me había presentado la oportunidad de hacerla.
La semana pasada, rebuscando qué podía hacer con limones, porque tenia un montón, me encontré con la receta y me puse a hacerla. Metí la pata. Puse la temperatura del horno un poquitín más alta de lo debido y quedó bastante torrado por fuera y un poquito crudo por dentro. Eso sí: De sabor, buenísimo, pero estaba un poquito crudo. Además, el resto de mi familia decía que se notaba un montón el picante de la pimienta. Yo es que estoy tan habituada a las cosas picantes que no notaba nada, qué queréis que os diga... jajaja.
Como estaba delicioso y creo que es una receta que tenía que publicar, decidí volverlo a hacer esta semana poniéndole menos pimienta. Esta vez salió todo bien... jejeje. Por cierto: El bizcocho es bastante grande. Salen de 8 a 12 raciones (dependiendo de lo grandes que cortéis los trozos). En nuestro caso, salieron 8 raciones... jajaja.
Además de hacer el bizcocho, también hice una crema de naranja y chocolate blanco que está para chuparse los dedos. La crema se pone en la base del plato antes de servir. Es opcional, pero combina bastante bien con el bizcocho. También os pongo los ingredientes de la crema y al final de todo os paso el enlace donde explico cómo se hace, por si deseáis hacerla.
Y ya no me enrollo más: ¡Aquí tenéis la receta del bizcocho!
Ingredientes:
Es importante saber que todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente.
Para el buttermilk:
Preparación:
Primero de todo, calentaremos el horno a 170º. Yo usé la opción con ventilador, pero si no tenéis, podéis poner calor arriba y abajo. Intentad poner la bandeja de tal forma que el bizcocho quede lo más centrado posible dentro del horno (en cuanto a altura). Al ser un bizcocho bastante grande, si ponéis la bandeja justo en la mitad, os puede quedar la parte superior demasiado arriba y se os puede quemar por encima.
A continuación pasaremos a hacer el buttermilk que necesitaremos para el bizcocho. Para ello, primero exprimiremos el zumo del limón y lo colamos con un colador para que sólo haya zumo. Pesamos 20 gramos de zumo. Ponemos la leche en un recipiente y añadimos el zumo que hemos pesado (son 2 cucharadas).
Removemos con una cuchara. No os preocupéis, porque la leche se va a cortar. Tiene que ser así. Dejamos reposar el buttermilk.
A continuación seguimos con los ingredientes que van a aromatizar el bundt cake. Ponemos en una taza o en un recipiente no muy grande el jengibre.
Añadimos la pimienta blanca
Ponemos también la ralladura del limón
Pesamos otros 20 gramos del zumo de limón (2 cucharadas) y lo añadimos también a la taza.
Lo mezclamos todo y lo reservamos para más tarde.
El último de los preparativos consiste en tamizar la harina. Yo no tengo tamizador. Si os pasa lo mismo que a mi, podéis usar un colador de malla fina como el de la foto de abajo. Ponéis un recipiente del tamaño del colador, y sobre el recipiente, ponéis el colador con la harina. Le vais dando golpecitos al colador y la harina caerá ya tamizada.
A continuación vamos con la masa del bizcocho. Yo he usado la Kitchenaid, pero se puede usar perfectamente un robot de cocina con varillas.
Ponemos la mantequilla en un recipiente donde se vaya a mezclar la masa. Ha de ser lo suficientemente grande como para que quepan todos los ingredientes del bizcocho. Como se ha indicado antes, es muy importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente. Lo ideal es que la mantequilla que vayamos a usar haya estado unas horas fuera de la nevera.
Ponemos también el azúcar.
A continuación, batimos la mantequilla y el azúcar durante unos minutos, hasta que la mezcla se haya blanqueado un poco. A continuación, y sin parar de batir, vamos añadiendo los huevos de uno en uno. Entre huevo y huevo, se ha de seguir batiendo hasta que el huevo se haya integrado completamente a la mezcla.
Una vez se hayan integrado todos los huevos, añadiremos la mezcla que tenemos reservada con el limón, el jengibre, y la pimienta.
Batimos con las varillas hasta que se haya integrado la mezcla.
A continuación vamos a añadir la harina y el buttermilk. Lo haremos cucharada a cucharada y batiendo con las varillas sin parar. Primero, una cucharada de harina.
Una vez esté integrada la cucharada de harina, añadimos una cucharada de buttermilk.
Una vez esté integrado el buttermilk, añadimos otra cucharada de harina, y así, sucesivamente, hasta acabar la harina y el buttermilk.
Nos debe de quedar una masa similar a esta:
A continuación, añadimos la levadura...
...Y por último, añadimos el bicarbonato.
Lo mezclamos todo bien mezclado con las varillas y a continuación procedemos a engrasar el molde.
Yo he usado un molde de bundt cake de Nordic Ware. Estos moldes son muy fáciles de desmoldar, y además, tienen el tamaño adecuado para este tipo de bizcochos, pero si no tenéis uno como este, podéis usar cualquier molde de bundt cake que tengáis en casa.
Engrasamos el molde con spray desmoldante o con mantequilla. Yo siempre suelo usar el spray desmoldante. Lo podéis comprar por Internet o en tiendas especializadas. Va tan bien que desde que lo uso, no he vuelto a poner mantequilla... jajaja.
Ponemos la masa dentro del molde de bundt cake. La distribuimos uniformemente en el molde. Una vez hemos vertido toda la masa, le damos unos ligeros golpecitos al molde para que salgan las burbujas de aire que hayan podido quedar.
Introducimos el molde en el horno, que previamente hemos calentado a 170º tal y como he explicado al inicio de la receta.
Horneamos a la misma temperatura durante 50 minutos. Como digo siempre, cada horno es un mundo. Cuando hayan pasado 50 minutos, si no sabéis si está hecho, abrid lo mínimo posible el horno, y con cuidado de no quemaros, pinchad el bizcocho con un palillo. Si sale seco, es que está hecho. Si no, toca esperar un ratito más.
Una vez esté hecho, apagad el horno y abrid un poquito la puerta. No saquéis el bizcocho todavía porque si lo hacéis, la diferencia de temperatura tan brusca hará que se baje. Esperad unos 5 minutos con la puerta entreabierta a que baje un poco el calor de dentro del horno.
A continuación, sacad el bizcocho del horno.
Esperad unos 10 minutos después de haberlo sacado para poder desmoldarlo. Una vez haya pasado ese tiempo, podéis desmoldarlo y ponerlo sobre una rejilla para que se enfríe.
Una vez frío, procederemos a hacer el glaseado de naranja que irá sobre el bizcocho. Ponemos en un recipiente el azúcar glas.
A continuación, exprimiremos media naranja (o una, depende del tamaño. Tenemos que obtener 25 gramos de zumo de naranja exprimida y colada).
Usamos un colador para quedarnos sólo con el zumo de la naranja. Nada de trocitos ni semillas.
Pesamos 25 gramos del zumo de la naranja y lo ponemos en el recipiente donde teníamos el azúcar glas.
Removemos con una cuchara hasta que no queden grumos. Tiene que quedar bastante espeso. En principio, con las cantidades que os he dado tendría que ir bien. Para que os hagáis una idea, cuando cojo un poquito con la cuchara y dejo caer el glaseado, tiene que ser algo así:
Si no está tan espeso, deberéis añadir un poquito más de azúcar glas.
Ahora, procederemos a verter el glaseado sobre el bizcocho, pero antes, colocaremos bajo la rejilla un plato lo suficientemente grande como para que quepa todo el diámetro del bizcocho.
De esta forma, cuando caiga el glaseado (que caerá...) no mancharéis nada y si queréis, podéis reutilizar el que os haya caído.
A continuación, con una cuchara, vamos vertiendo poco a poco el glaseado de naranja sobre el bundt cake.
Dejamos que el glaseado se endurezca y, una vez endurecido, lo podéis poner presentable... jejeje.
Opcionalmente, y para la hora de servir el bizcocho, podéis hacer además esta crema de naranja y chocolate blanco que está deliciosa. Encontraréis cómo hacerla al final de la receta del Bundt cake de naranja y chocolate blanco. Yo la he puesto en la base del plato, para adornar, junto con algunas frambuesas y el arándano.
¡Espero que os haya gustado la receta!. Si es así, no os perdáis mis actualizaciones. Podéis seguirme haciendo click en "Me gusta" de Facebook, añadiéndome en vuestros círculos en Google +, o en Twitter.
Como estaba delicioso y creo que es una receta que tenía que publicar, decidí volverlo a hacer esta semana poniéndole menos pimienta. Esta vez salió todo bien... jejeje. Por cierto: El bizcocho es bastante grande. Salen de 8 a 12 raciones (dependiendo de lo grandes que cortéis los trozos). En nuestro caso, salieron 8 raciones... jajaja.
Además de hacer el bizcocho, también hice una crema de naranja y chocolate blanco que está para chuparse los dedos. La crema se pone en la base del plato antes de servir. Es opcional, pero combina bastante bien con el bizcocho. También os pongo los ingredientes de la crema y al final de todo os paso el enlace donde explico cómo se hace, por si deseáis hacerla.
Y ya no me enrollo más: ¡Aquí tenéis la receta del bizcocho!
Ingredientes:
Es importante saber que todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente.
Para el buttermilk:
- 200 ml. de leche
- 20 gr. de zumo de limón (2 cucharadas)
- 8 gr. de jengibre rallado (1 cucharadita)
- 4 gr. de pimienta blanca (1 cucharadita de café)
- 10 gr. de ralladura de limón (2 cucharadas)
- 20 gr. de zumo de limón (2 cucharadas)
- 200 gr. de mantequilla sin sal
- 200 gr. de azúcar
- 3 huevos
- 400 gr. de harina
- buttermilk (os he puesto los ingredientes arriba)
- 1/2 cucharadita de levadura
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 130 gr. de azúcar glas
- 25 gr. de zumo de naranja
- Spray desmoldante o mantequilla para engrasar el molde
Para la crema de naranja y chocolate blanco;
(Es opcional, para poner en la base del plato a la hora de servir si se desea)
- 100 gr. de chocolate blanco
- 50 gr. de zumo de naranja colado
- 50 gr. de nata líquida para montar (también se llama crema de leche)
Primero de todo, calentaremos el horno a 170º. Yo usé la opción con ventilador, pero si no tenéis, podéis poner calor arriba y abajo. Intentad poner la bandeja de tal forma que el bizcocho quede lo más centrado posible dentro del horno (en cuanto a altura). Al ser un bizcocho bastante grande, si ponéis la bandeja justo en la mitad, os puede quedar la parte superior demasiado arriba y se os puede quemar por encima.
A continuación pasaremos a hacer el buttermilk que necesitaremos para el bizcocho. Para ello, primero exprimiremos el zumo del limón y lo colamos con un colador para que sólo haya zumo. Pesamos 20 gramos de zumo. Ponemos la leche en un recipiente y añadimos el zumo que hemos pesado (son 2 cucharadas).
Removemos con una cuchara. No os preocupéis, porque la leche se va a cortar. Tiene que ser así. Dejamos reposar el buttermilk.
A continuación seguimos con los ingredientes que van a aromatizar el bundt cake. Ponemos en una taza o en un recipiente no muy grande el jengibre.
Añadimos la pimienta blanca
Ponemos también la ralladura del limón
Pesamos otros 20 gramos del zumo de limón (2 cucharadas) y lo añadimos también a la taza.
Lo mezclamos todo y lo reservamos para más tarde.
El último de los preparativos consiste en tamizar la harina. Yo no tengo tamizador. Si os pasa lo mismo que a mi, podéis usar un colador de malla fina como el de la foto de abajo. Ponéis un recipiente del tamaño del colador, y sobre el recipiente, ponéis el colador con la harina. Le vais dando golpecitos al colador y la harina caerá ya tamizada.
A continuación vamos con la masa del bizcocho. Yo he usado la Kitchenaid, pero se puede usar perfectamente un robot de cocina con varillas.
Ponemos la mantequilla en un recipiente donde se vaya a mezclar la masa. Ha de ser lo suficientemente grande como para que quepan todos los ingredientes del bizcocho. Como se ha indicado antes, es muy importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente. Lo ideal es que la mantequilla que vayamos a usar haya estado unas horas fuera de la nevera.
Ponemos también el azúcar.
A continuación, batimos la mantequilla y el azúcar durante unos minutos, hasta que la mezcla se haya blanqueado un poco. A continuación, y sin parar de batir, vamos añadiendo los huevos de uno en uno. Entre huevo y huevo, se ha de seguir batiendo hasta que el huevo se haya integrado completamente a la mezcla.
Una vez se hayan integrado todos los huevos, añadiremos la mezcla que tenemos reservada con el limón, el jengibre, y la pimienta.
Batimos con las varillas hasta que se haya integrado la mezcla.
A continuación vamos a añadir la harina y el buttermilk. Lo haremos cucharada a cucharada y batiendo con las varillas sin parar. Primero, una cucharada de harina.
Una vez esté integrada la cucharada de harina, añadimos una cucharada de buttermilk.
Una vez esté integrado el buttermilk, añadimos otra cucharada de harina, y así, sucesivamente, hasta acabar la harina y el buttermilk.
Nos debe de quedar una masa similar a esta:
A continuación, añadimos la levadura...
...Y por último, añadimos el bicarbonato.
Lo mezclamos todo bien mezclado con las varillas y a continuación procedemos a engrasar el molde.
Yo he usado un molde de bundt cake de Nordic Ware. Estos moldes son muy fáciles de desmoldar, y además, tienen el tamaño adecuado para este tipo de bizcochos, pero si no tenéis uno como este, podéis usar cualquier molde de bundt cake que tengáis en casa.
Engrasamos el molde con spray desmoldante o con mantequilla. Yo siempre suelo usar el spray desmoldante. Lo podéis comprar por Internet o en tiendas especializadas. Va tan bien que desde que lo uso, no he vuelto a poner mantequilla... jajaja.
Ponemos la masa dentro del molde de bundt cake. La distribuimos uniformemente en el molde. Una vez hemos vertido toda la masa, le damos unos ligeros golpecitos al molde para que salgan las burbujas de aire que hayan podido quedar.
Introducimos el molde en el horno, que previamente hemos calentado a 170º tal y como he explicado al inicio de la receta.
Horneamos a la misma temperatura durante 50 minutos. Como digo siempre, cada horno es un mundo. Cuando hayan pasado 50 minutos, si no sabéis si está hecho, abrid lo mínimo posible el horno, y con cuidado de no quemaros, pinchad el bizcocho con un palillo. Si sale seco, es que está hecho. Si no, toca esperar un ratito más.
Una vez esté hecho, apagad el horno y abrid un poquito la puerta. No saquéis el bizcocho todavía porque si lo hacéis, la diferencia de temperatura tan brusca hará que se baje. Esperad unos 5 minutos con la puerta entreabierta a que baje un poco el calor de dentro del horno.
A continuación, sacad el bizcocho del horno.
Esperad unos 10 minutos después de haberlo sacado para poder desmoldarlo. Una vez haya pasado ese tiempo, podéis desmoldarlo y ponerlo sobre una rejilla para que se enfríe.
Una vez frío, procederemos a hacer el glaseado de naranja que irá sobre el bizcocho. Ponemos en un recipiente el azúcar glas.
A continuación, exprimiremos media naranja (o una, depende del tamaño. Tenemos que obtener 25 gramos de zumo de naranja exprimida y colada).
Usamos un colador para quedarnos sólo con el zumo de la naranja. Nada de trocitos ni semillas.
Pesamos 25 gramos del zumo de la naranja y lo ponemos en el recipiente donde teníamos el azúcar glas.
Removemos con una cuchara hasta que no queden grumos. Tiene que quedar bastante espeso. En principio, con las cantidades que os he dado tendría que ir bien. Para que os hagáis una idea, cuando cojo un poquito con la cuchara y dejo caer el glaseado, tiene que ser algo así:
Si no está tan espeso, deberéis añadir un poquito más de azúcar glas.
Ahora, procederemos a verter el glaseado sobre el bizcocho, pero antes, colocaremos bajo la rejilla un plato lo suficientemente grande como para que quepa todo el diámetro del bizcocho.
De esta forma, cuando caiga el glaseado (que caerá...) no mancharéis nada y si queréis, podéis reutilizar el que os haya caído.
A continuación, con una cuchara, vamos vertiendo poco a poco el glaseado de naranja sobre el bundt cake.
Dejamos que el glaseado se endurezca y, una vez endurecido, lo podéis poner presentable... jejeje.
Opcionalmente, y para la hora de servir el bizcocho, podéis hacer además esta crema de naranja y chocolate blanco que está deliciosa. Encontraréis cómo hacerla al final de la receta del Bundt cake de naranja y chocolate blanco. Yo la he puesto en la base del plato, para adornar, junto con algunas frambuesas y el arándano.
¡Espero que os haya gustado la receta!. Si es así, no os perdáis mis actualizaciones. Podéis seguirme haciendo click en "Me gusta" de Facebook, añadiéndome en vuestros círculos en Google +, o en Twitter.
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