domingo, 11 de junio de 2017

Tast a la Rambla 2017: Nueve platos entre pecho y espalda

El pasado jueves 8 de junio comenzó la cuarta edición de la feria gastronómica "Tast a la Rambla", en Barcelona. Un escaparate de la mejor cocina de Barcelona. Cincuenta restaurantes ofrecen hasta el domingo 11 de junio tapas a 4 euros en la Rambla Santa Mónica. También se ofrecen talleres, showcookings y degustaciones.

El visitante puede escoger entre tapas de cocina tradicional, cocina de autor, tapas y platillos y postres a cargo de las pastelerías más reconocidas de Barcelona. Demasiada tentación para no ir... y como los viernes salgo antes del trabajo, pues me pasé por allí a ver si realmente valía la pena... ¡Y valió la pena!

Después de probar 9 platos entre salados y dulces, ¡salí rodando! Tenía que probar lo máximo posible, porque sólo podía ir el viernes. No había segunda oportunidad. Me quedé con las ganas de ir a algún showcooking, pero iba muy justa de tiempo. O sea, que sólo me dediqué a probar todo lo que pudo aguantar mi estómago... jajaja. A continuación os explico con fotos todo lo que llegué a probar hasta casi reventar... 

Tengo que decir también que algunas tapas (que no probé) me parecieron algo escasas. No quiero decir que esas tapas estuviesen malas, o tuviesen mala pinta. Igual estaban deliciosas, pero me negaba a pagar 4 euros por una tapa demasiado pequeña para el precio que estaba pagando. Por lo tanto, pasé de gastarme el dinero en tapas enanas y raquíticas y cogí las que, para mi gusto, tenían más chicha. Me quedaron muchas por probar, pero como os he dicho antes, la capacidad de mi estómago era limitada.


Lo primero que hice fue darme una vuelta por la feria y ver qué ofrecía cada uno de los restaurantes y pastelerías. Me fui haciendo a la idea de que me gustaban un montón de platos, pero sólo podría probar unos cuantos. Una vez hice todo el recorrido, compré los tíquets y me puse manos a a obra.

La primera tapa que probé fueron estas "Croquetas de pollo ecológico de la Torre d'Erbull" del restaurante El Mercader de 'Eixample. En este caso, una tapa tradicional.


Buenísimas de sabor, pero para mi gusto, la masa un pelín líquida. Una vez sentada me di cuenta de que se me había olvidado coger un tenedor, y con lo que me costó encontrar sitio para poder comérmela sentada, cualquiera se levantaba y se iba a buscar un tenedor... jajaja. Me la comí como pude.

El segundo plato que me metí entre pecho y espalda fue de pasta. La pasta es mi perdición. Podría estar sobreviviendo a base de pasta durante un tiempo indefinido. Por lo tanto, esta tapa no podía dejar de probarla. El plato se llamaba "Agnolotti del plin, trufa negra". Del restaurante Cecconi's


Una vez cocida la pasta, la metían dentro de un queso parmesano enorme y la removían. Luego la ponían en el plato y rallaban un poco de trufa negra. Estaba deliciosa. Sabía a gloria bendita. jajaja.

El tercer plato fue un "Arroz del Delta con ortigas de mar y mayonesa de algas", del Xerta Restaurant. Esta vez tocó cocina de autor, a ver qué tal.


Perdón por la calidad de la foto. Hacía tanto sol que no se veía la pantalla. A pesar de todo, la foto todavía me salió mejor de lo que creía. En cuanto al arroz, de no ser porque estaba un poco crudo hubiese estado muy bueno. Seguramente fue debido a las prisas del cocinero, ya que había mucha gente esperando y no daban abasto haciendo arroz.

El cuarto plato que me metí entre pecho y espalda fue oriental. Se llamaba "Bao ho chi minh", del restaurante Bao Bao. Otra vez cocina de autor. De momento no me consta que tengan página web. Os pongo su página de Facebook. Está compuesto por ternera de citronela, verduras en escabeche, cilantro, menta y mayonesa de ajo torrado.


Estaba yo haciendo cola porque tenía curiosidad en probar un bao, ya que nunca lo había probado. De repente, una de las cocineras abrió una bolsa de algo y me vino una olor que no me gustó. Entonces decidí salir de la cola, por si las moscas. Estuve dando una vuelta pensando si valía la pena probarlo, hasta que al final decidí darle una segunda oportunidad. ¡De tanto en tanto hay que salir de la zona de confort y probar cosas nuevas! Por lo tanto, me volví a poner en la cola y no me arrepiento de haberlo hecho. ¡Ha sido el mejor plato salado que he probado! El bao estaba muy tierno y la combinación de sabores me sorprendió gratamente. ¡Estaba buenísimo!

El quinto y último plato salado (luego vienen los dulces) es el "Chipirón de red relleno con cebolla de Figueras", del Restaurant Gaig. También cocina de autor.


Dejé lo mejor para lo último. En cuanto vi que Carles Gaig tenía paradita, decidí que, pasase lo que pasase, tenía que probarlo, y fue el último plato salado que probé. Como siempre, mi admirado Carles Gaig ha ideado un plato perfecto. Todo en su punto y en un perfecto equilibrio de sabores. No podía irme sin haber probado su plato. Os lo recomiendo.

Mi estómago a estas alturas me avisaba de que ya era hora de dejar los platos salados y comenzar con los dulces. Muy a mi pesar, me quedé con las ganas de probar algún que otro plato salado, pero no pudo ser.

El sexto plato que me comí (y primer plato dulce) fue este "Gofre de té matcha con espuma de crema catalana", de la pastelería Escribà.


Nada más llegar, cuando recorrí la feria para ver qué platos y tapas habían me llegó una olor indescriptible. Seguí mi nariz y me encontré con estos gofres de la pastelería Escribà. En aquél momento decidí que este gofre sería el primer plato dulce que me comería. Y así fue. Un olor y un sabor deliciosos, pero la masa del gofre estaba un poco cruda por dentro. Fue una lástima. También es comprensible, dada la cantidad de personas que había esperando. Si la masa hubiese estado en su punto, hubiera sido perfecto.

Vamos ya con el séptimo plato (y segundo postre) de la tarde. Se llama "Saturn" y es de la Pastisseria Baixas.


Está hecho de flor de cacao (70%) con corazón de mousse de mango y jalea de limón, sobre biscuit de avellana y base crujiente. ¡Espectacular! La combinación de sabores, la presentación... me ha encantado todo. Un postre muy original.

El octavo plato (y tercer postre) que me metí entre pecho y espalda se llama "Think in matcha", de la Pastisseria Ochiai. A estas alturas ya estaba a punto de reventar...


Muy buena presentación, pero la parte exterior era un poco insípida para mi gusto. El relleno estaba más bueno que el exterior.

El noveno plato que me zampé (y último, porque creo que si llego a comer algo más, reviento) se llama "Cacao, helado de chocolate yuzu", de Oriol Balaguer. Fue el cuarto postre.


Un postre muy original, muy buena presentación y una combinación de sabores equilibrada. Estaba delicioso.

En este momento, mi estómago dijo "Basta", y muy a mi pesar, me dirigí rodando hasta la salida... jajaja. Me hubiese gustado probar otros postres, pero lamentablemente no fue posible. Estos son algunos de los postres que también me hubiese gustado probar:

Este "Cheesecake" de la Pastisseria Canal tenía muy buena pinta


Este otro postre también tenía que estar bueno. Se trata de "Simbad", de la pastelería Bubó Barcelona.


En fin, que muchos platos se quedaron por probar, pero valió la pena haber estado allí.

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