No hay mal que por bien no venga. Estos macarrones tendrían que haber sido unos raviolis de calabacín y pollo del blog La Juani de Ana Sevilla. Lo malo es que hoy no tenía el día, y en lugar de los raviolis de calabacín y pollo me salieron estos raviolis deconstruidos de calabacín semidesintegrado que he publicado en mi blog de Pifias en la cocina... jajaja.
Resulta que hoy tenía que hacer tropecientas cosas y la cocina no es para ir con prisas. En lugar de cortar los calabacines bien gruesos, los corté más finos de lo que debía, y cuando los "saqué" del varoma, ¡la mayoría estaban desintegrados! jajaja. En fin, que sólo pude hacer cinco raviolis, y encima salieron fatal.
Eran ya las cuatro de la tarde y mi marido y yo estábamos hambrientos. Lo que estaba claro era que con cinco raviolis para los dos no íbamos a hacer nada... y me había sobrado un montón de relleno. Total, que al final decidí meter los raviolis en un tupper y comérmelos en el trabajo (esperando que con la pinta que tienen no haya mucho cachondeo entre mis compañeros...) y hacer unos macarrones improvisados con el relleno que me había sobrado.
¡Y me han salido unos macarrones de vicio!. ¡Están buenísimos! O sea, que aquí los tenéis. Eso sí, la receta es para dos personas. Si queréis más raciones, doblad las cantidades.