Aquí os traigo un postre que es una mezcla de experimento, que al final salió bien... jejeje. Navegando por la red hace días fui a parar a esta crema de chocolate blanco con infusión de frutas que me pareció que tenía muy buena pinta, y me la guardé para alguna ocasión.
Este fin de semana, después de un medio desastre en la cocina (que no voy a poner en mi blog de pifias, porque no llega a pifia... como mucho, medio-pifia... jajaja), decidí cambiar de aires y hacer esta receta. Lo tenía todo y me puse a ello...
Peroooo... yo no sé si es que no tenía el día, o que quizá el paquete de infusión llevaba demasiado tiempo abierto... o vete tú a saber qué conjunción astral tenía encima de mi cabeza, que al final, la infusión de rooibos no sabía a casi nada (y eso que le puse una bolsita más), y además, me pareció que todo iba a quedar demasiado espeso...
Por lo tanto, y como tengo sirope de fresa para parar un camión y también tenía leche, al final lo hice a mi manera. Y quedó muy bueno, que eso es lo que importa. O sea, que os pongo la receta tal cual la hice. Os aviso que salen cuatro raciones justitas. Los vasos de la foto son tirando a pequeñitos.
Yo os recomiendo que la hagáis una vez, y si os gusta, que dobléis las cantidades para la próxima vez.
También os tengo que decir que si no os gustan las cosas demasiado dulces, mejor le ponéis la mitad del sirope.
Si os apetece probarla, ya me diréis qué tal os ha parecido.
También os tengo que decir que si no os gustan las cosas demasiado dulces, mejor le ponéis la mitad del sirope.
Si os apetece probarla, ya me diréis qué tal os ha parecido.